¿Podrías presentarte brevemente como directora de TANDEM?
Soy Begoña Llovet, cofundadora y directora de TANDEM Madrid. He conocido todos los aspectos profesionales del sector de la educación y de la enseñanza del español, como profesora, jefa de estudios, creadora de proyectos didácticos, responsable de marketing, creadora de material didáctico y autora de libros, formadora de profesores y directora de una escuela que cuenta con más de 40 años.
¿Cuál fue la motivación o el contexto para fundar TANDEM en 1982?
Con 20 años me encontraba estudiando Filología Alemana en la Universidad Complutense de Madrid. Allí conocí a una persona que estaba creando una cooperativa de profesores para poner en práctica el método Tandem, un método enormemente innovador en aquella época, basado en la autonomía de aprendizaje y en el intercambio cultural. Un método que surgió a raíz de la finalización de la Segunda Guerra Mundial y la reconciliación de los pueblos. Así que me involucré en el proyecto, mientras seguía con mis estudios, y comencé a experimentar el emprendimiento, es decir, lo que significa tener un iniciativa y llevarla a cabo en un contexto de cooperación con otras personas con valores similares. Nosotros mismos decoramos el espacio, hicimos los muebles y pusimos en marcha una escuela maravillosa, situada en el corazón de Madrid, modesta pero llena de vida y de actividades de intercambio, donde enseñábamos español a extranjeros y otros idiomas a españoles. Una de las mejores experiencias de mi vida.

¿Qué valores o filosofía educativa son los más importantes para vosotros?
Contribuir al entendimiento entre personas de diferentes países es, definitivamente, el mayor logro que podemos llevar a cabo las personas que trabajamos en la educación. Y contribuir al desarrollo personal, profesional y académico de las personas es también un objetivo continuo en nuestro trabajo. Debemos darnos cuenta de que los idiomas no solo son instrumentos de comunicación o códigos lingüísticos útiles: son universos culturales que reflejan la mentalidad y la idiosincrasia de un país, que conllevan valores, historias, experiencias y emociones. Por eso hay que revalorizar la idea de aprender un idioma: no debemos confiar algo tan profundo, transformador y apasionante a la inteligencia artificial, tenemos que vivirlo y experimentarlo para ser personas más completas.
¿Qué crees que distingue a TANDEM de otras escuelas de idiomas en Madrid o en España?
La honestidad en la relación con los alumnos y los profesores. El trato cercano, el enfoque humanista en las clases, los programas personalizados. Tenemos un fantástico equipo de profesores, cualificados y con un gran entusiasmo por su trabajo. Nuestra sede es espectacular: estamos en un palacete de principios del siglo XX en el corazón de Madrid, con luz, espacioso y lleno de encanto. Las directora estamos ahí presentes, como inspiradoras y apoyo de todos los procesos que tienen lugar en la empresa. Más que una empresa, es un proyecto de vida y desarrollo.

En estos más de 40 años, ¿cuál ha sido uno de los momentos más difíciles y cómo lo superasteis?
El momento más difícil fue, indudablemente, la pandemia del COVID. Resultó devastadora para muchas escuelas, que cerraron, y para muchas personas que no pudieron continuar con sus proyectos vitales y profesionales. Sin embargo en TANDEM, tras el shock inicial, nos pusimos en marcha, en equipo para trasladar toda la formación al formato online y poder seguir atendiendo así a nuestros clientes. Trabajamos en equipo, todos aportamos lo mejor de nosotros mismos, y dimos a nuestros clientes un trato especial a través del envío de materiales, de mensajes de apoyo. Nuestra escuela dio muestras de una gran resiliencia y eso nos llega de orgullo. Puedo decir que la pandemia nos hizo más fuertes y de hecho, el número de alumnos ha aumentado y estamos muy contentos con el desarrollo de nuestros proyectos.
¿Qué tipo de estudiantes suelen elegir TANDEM? (nacionalidades, edades, motivaciones…)
El 50 por ciento de los estudiantes de TANDEM proceden de Europa: Italia, Alemania, Francia, Inglaterra, etc. Un 25% son estudiantes norteamericanos que vienen a hacer semestres académicos o cursos de corta duración. Y el restante 25% es una mezcla increíble de nacionalidades: iraníes, chinos, coreanos, rusos, canadienses, kazajos, etc. En cuanto a la edad, suelen ser adultos entre los 25 y los 50 años. Aunque tenemos también muchos estudiantes junior (sobre todo en verano o en grupos escolares) y cada vez más niños en verano. Por otra parte, tenemos clientes 50+ que tienen intereses como la gastronomía, el arte, el cine español, etc. y que vienen atraídos por nuestro programa Español con Pasión. Por último, tenemos muchos estudiantes que quieren estudiar en universidades españolas y que vienen a TANDEM a cursos de larga duración para prepararse para el examen de acceso a la Universidad y para obtener un nivel B2 de español.

¿Qué programas actuales recomendarías especialmente?
Recomendamos los cursos intensivos a partir de una semana, con 20 horas semanales, en los que hay una interesante mezcla de nacionalidades y una alta motivación por el idioma. El curso va acompañado de un extenso programa cultural que te hace sentir como un madrileño más. También recomendamos el programa Español con Pasión, para personas más adultas y con más tiempo que quieren aprender un poco de español y de paso disfrutar de sus pasiones: el cine, el vino, el fútbol, el arte, etc.
¿Cómo describirías el ambiente en la escuela y qué puede esperar un estudiante en su día a día?
Muchas sonrisas, un trato personalizado, una mentalidad abierta y acogedora, un ambiente muy internacional. Fiestas de intercambio, día de Comidas del Mundo, donde cada alumno trae una comida de su país y la comparte, un programa cultural muy interesante y unas clases centradas en la comunicación en las que se aprende rápidamente y de forma amena el idioma.

En tu opinión, ¿cuál es la mejor manera de aprender bien el español?
La mejor manera es venir a España, convivir con la gente, tener experiencias vitales emocionantes, viajar por diferentes ciudades, y atreverse a salir de la zona de confort y a experimentar nuevas sensaciones. Esa es la mejor manera de aprender un idioma. Y acompañarlo, por supuesto, de un curso de español en TANDEM!


¿Por qué crees que es importante estudiar español en España?
Porque solo la inmersión en el país te ayuda a conocer y dominar verdaderamente un idioma. Porque solo conviviendo con españoles y paseando por nuestras calles alcanzas a un entendimiento de nuestra lengua y nuestra cultura. Porque hay que viajar para crecer, para tener una vida plena y llena de aventuras.

¿Y por qué Madrid es una buena elección para ello?
Porque Madrid es una ciudad muy viva, con una oferta cultural extraordinaria, muy multicultural, divertida y estimulante. Porque estamos en el centro de España y desde aquí es posible viajar a lugares maravillosos. Porque Madrid tiene un cielo muy azul y porque siempre te regala una sonrisa.

¿Hay algún mensaje que te gustaría dar específicamente a los estudiantes coreanos?
Me encanta el interés y la pasión por el español que demuestran los estudiantes coreanos. Admiro su capacidad de sumergirse en nuestra cultural y de aprender nuestro idioma, porque sé que es una tarea dificultosa al principio. Pero sé que aprenden con mucho interés y que obtienen buenos resultados. Creo que España es, para un coreano, un destino magnífico por nuestro estilo de vida, nuestra cultura, por el ambiente de nuestras calles y por nuestro enorme patrimonio cultural y paisajístico. Creo que saber español puede suponer en Corea un plus fantástico para desarrollarse profesionalmente.

¿Cuál es tu destino de viaje favorito? ¿Por qué?
La India, y lo digo con todo mi corazón. Es un país que siempre he querido conocer y cuya cultura me resulta muy atractiva: su espiritualidad, sus colores, sus aromas, su fantasía y su gran simpatía. Es un país con el que me identifico. Tuve la inmensa suerte de hacer un voluntariado como profesora de alemán en Anantapur, en el estado de Andra Pradesh en 2018 en la Fundación Vicente Ferrer. Trabajando con gente joven llena de ilusión y de ganas de romper el círculo de la pobreza. Y creo que si unimos nuestras manos, podemos lograrlo. Me di cuenta de lo importantes que son los idiomas para superar barreras y para encontrar nuestro lugar en el mundo. En ese sentido, fue la mejor experiencia docente de mi vida, y un pedazo enorme de mi corazón sigue allí, con mis alumnos.